Poesía: "Lo que sé de la vida"
documentales de la 2, el rostro artificial del contertulio saben más de mí mismo que
mis padres. Ellos pusieron todo su empeño en hacer de mí un hombre de provecho,
un distinguido abogado o médico de familia, pero tan solo me quedé en repartidor
de publicidad y de pizzas los fines de semana. Eso sé de la vida. Bueno, eso y que
tengo treinta y dos años, que nada me separa del suicido, más que un armario con
llave donde guardo una caja de Idalprem. En la televisión escucho que estoy muy
preparado, que no tengo trabajo y que me gusta la nueva equipación del Real
Madrid para la próxima temporada, también que cada día estoy más gordo a causa
de la nueva hamburguesa BigMac, y, por supuesto, que empieza Gran Hermano la
semana que viene. Ellos me ven como una especie de generación incomprendida, un
resto que se guarda en la nevera para la comida de mañana. Aquí el tiempo pasa tan
lento y triste como un domingo en casa, viendo escuchar las discusiones de los
vecinos. Son las dos de la tarde de un día cualquiera, apenas tengo suelto en la
cartera, apago la televisón. Estoy cansado. Estoy tan cansado que voy a abrir el
armario con llave de la habitación.
Comentarios
Publicar un comentario